El yate con bandera suiza, vapor holandés de 1892 reconvertido de 24 metros de eslora que fuera propiedad del rey Leopoldo de Bélgica, aprovechaba el Ascenso del Guadalquivir para arribar a la capital hispalense, donde permanecerá dos semanas tras ser remodelado en Sanlúcar de Barrameda.
La helvética Silvia Utiger, en calidad de anfitriona, organizaba en la tarde/noche del miércoles una velada en la cubierta del ‘Forever’ para agradecer la hospitalidad recibida a su llegada a la capital andaluza.
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